En la Cumbre Dice en Las Vegas, Neil Druckmann de Naughty Dog y Cory Barlog de Sony Santa Monica discutieron el tema generalizado de la duda en el desarrollo del juego. Su conversación de una hora cubrió la duda, reconociendo ideas viables y los desafíos del desarrollo del personaje en múltiples juegos.
Druckmann sorprendentemente reveló que no planea secuelas de antemano. Se enfoca intensamente en el proyecto actual, acercándose a cada juego como si fuera el último. Cualquier idea secuela que surja se integran en el presente juego, en lugar de guardar para futuras entregas. Ilustró este enfoque con la serie Last of Us , enfatizando que solo considera las posibilidades de secuela después de completar un juego, evaluando elementos no resueltos y posibles arcos de personajes. Si no surge una dirección convincente, incluso se bromeó sobre simplemente terminar la historia de un personaje. Su enfoque para Uncharted , explicó, implicó descubrir retrospectivamente la dirección de cada secuela, preguntando constantemente cómo evitar la repetición y explorar nuevas vías para los personajes. Si no se encuentra una nueva dirección, la pregunta es si es el personaje o el juego correctos para continuar.
Barlog, en contraste, admitió un proceso de planificación mucho más elaborado y a largo plazo, que conecta los proyectos actuales con ideas concebidas años antes. Si bien reconoce el estrés inherente y el potencial de interrupción de los equipos y las perspectivas cambiantes, encuentra una inmensa satisfacción al realizar estas visiones a largo plazo.
La discusión también mencionó el costo emocional del desarrollo del juego. Druckmann compartió una anécdota sobre Pedro Pascal, quien describió el proceso creativo como "la razón para despertarse por la mañana", destacando la pasión a pesar de la inmensa presión y negatividad que puede acompañarlo. Hizo hincapié en su amor por los juegos y los talentosos equipos con los que trabaja como la fuerza impulsora detrás de su continua participación.
Druckmann luego planteó una pregunta a Barlog con respecto al punto en el que el impulso implacable para crear se vuelve "suficiente". La respuesta sincera de Barlog describió el ciclo interminable de ambición, donde completar un proyecto desencadena inmediatamente la búsqueda de la siguiente, incluso antes de apreciar completamente el logro. Describió esto como un "demonio de obsesión" que le impide saborear el éxito por completo.
Druckmann se hizo eco de este sentimiento, pero con una perspectiva más medida, mencionando su intención de reducir gradualmente su participación diaria, creando oportunidades para que otros intensifiquen y lideren. Barlog, en un contrapunto humorístico, declaró en broma su intención de retirarse.